Monday, March 14, 2005

Good Bye Lenin/ Marcelo Moya Santander


Good Bye Lenin

Marcelo Moya Santander
[1]
Marzo 2005

En ciertas librerías de Santiago he ido notando una acumulación de textos que hablan, no sólo del fin de la historia, sino de cómo vivir con ella, administrarla, asumirla, rediseñarla, desdoblarse ante ella, sumado a ello la de textos que te aseguran un clarísimo resumen de historia universal en 45 páginas, como un servicio consistente a superar alguna inmediatez a la hora de citar o hablar de algún personaje o dando a entender implícitamente su acuerdo con las declaraciones de fallecimiento de la continuidad de los sucesos históricos

Tantas actas de fallecimientos. Es evidente que en los tiempos que corren, algo está pasando a los intelectuales y gente que escribe con la historia. Cuando no decretan su fin, diagnostican su envejecimiento; cuando no la declaran agotada, confiesan que le está resultando agotadora.

Como la mayoría de ustedes recordará, Fukuyama[2] sostiene que, con la caída del muro de Berlín, lo que habría terminado no es sólo una larga época histórica: lo que habría terminado, es lisa y llanamente la historia como tal.

No sólo estoy en desacuerdo con la visión del autor, sino que en una sala de cine donde Los acontecimientos, en efecto, parecen haberse revelado frente a la historia el presente parece haberse revelado frente al pasado... “Hola, mi nombre es Alexander Kerner, vivo en la DDR (república Democrática Alemana) y tengo un problema....la muralla ha caído, bueno, la verdad es que esto no es un problema, mi madre tuvo un colapso y la verdad es que no puede recibir alguna noticia sorprendente ..”.

Así exclama Alexander Kerner, personaje protagonista de la película de Wolfgang Becker “Good Bye Lenin”, película que ha sido el más reciente éxito de la firma de producción berlinesa X-filme, y que narra la historia de una mujer que cae en coma, en los precisos momentos en que los Berlineses del Este comenzaban a manifestarse en contra del estado germano oriental, y muy especialmente a su mayor símbolo, el muro, en el Otoño de 1989.

Ella sólo despierta cuando la DDR ya no existía y su doctor señala que no puede tener ninguna noticia de la realidad cambiante, por el impacto emocional posible. En consecuencia, se puede sostener que siempre la realidad es una verdad difícil.

Así Alexander –su hijo- construye una vida cotidiana como en los tiempos de la DDR, este propósito se tropieza con algunos problemas ¿Cómo explicar que la vecina vea los programas televisivos del Oeste? ¿Dónde conseguir los pepinos del Spreewald? ¿Cómo explicar el cartel gigante de Coca Cola desplegado en el frontis del edificio de enfrente?

Los tiempos de las imágenes enemigas habían terminado. El idioma alemán seguía siendo para los berlineses del este y oeste su lengua. Para no abandonar las esperanzas del reencuentro y reunificación de la población después de tantas décadas, los dos Berlín dieron paso a uno, y tal como lo demuestra la película irrumpe el capitalismo, que de paso, al romper con la economía planificada, la uniformidad de su estructura social y política, también se lleva un escenario de certidumbre, de modos de encuentro y convivencia cotidiana de los berlineses del Este.

¿Qué sucede con nosotros con la unión con el occidente? ¿Qué significa y qué exige? Sin duda que frente a los sucesos tan vertiginosos, más que antihistórico e injusto, estos cuestionamientos eran simplemente absurdos para los alemanes del Este, una vez más los berlineses cargaron sobre sus hombros el peso de su historia reciente, que en mi opinión las cámaras de Wolfgang Becker lo grafican brillantemente.

En el entretanto, Alexander le esconde los sucesos que acontecen a su madre. Para dificultar cualquier duda que surge a cada segundo por parte de ella, junto a su compañero de trabajo van grabando programas y reeditando noticias en las que relatan entusiastas huidas y protestas de alemanes del oeste que huyen del capitalismo, que éste se agota y comienza su debacle, que los tanques y los muros del este defendían condiciones de vida y de trabajo dignas para los seres humanos, ahí se producen en mi opinión uno de los relatos más brillantes del filme y que -sin duda- rompe con cualquier nuevo intento de rotular algún advenimiento del fin de la historia “....de alguna manera el juego adquiría vida propia, la mentira que inventé tomaba sentido la DDR (República Democrática Alemana) que yo había creado para mi madre, era la DDR que yo siempre deseado, que soñé, que viví junto a ella...”.

La historia como ciencia nos permite el descubrimiento de los errores y logros, lo precedido a nuestros pasos, probablemente sea posible argumentar que la historia es la posibilidad del cambiar, cuando las personas lo creen posible, cuando pensamos que es posible cambiar las cosas, también estamos escribiendo la historia, aportando desde nuestras cotidianeidades, a la antesala del futuro.


¿Cómo plantearse estas cosas en el Chile de hoy?

No es tarea fácil, pues el tiempo que vivimos no está para plantearse problemas, no se observa nada parecido al envejecimiento de la historia, al contrario, créditos de consumo/pago cuotas atrasadas para Marzo-Septiembre-Diciembre/créditos de consumo para Marzo próximo si no se produce una reflexión a fondo sobre los nuevos caminos que está siguiendo nuestro país y sus modernizaciones “a la chilena” podría ocurrir que la inercia lleve otra vez al país a recorrer caminos con resultados que podríamos perfectamente soslayar.

Se requiere desde la historia viva, cotidiana de todos nosotros reconocer las exigencias de nuevas subjetividades, de cambios profundos que vivimos y desde ahí lograr entender las percepciones y los estilos de una sociedad distinta, que requiere de nuevas gramáticas para lograr enfrentar tales exigencias, reinventar la memoria histórica y construir espacios que acojan a todos los espacios, las visiones en un Chile en el que se ha ido construyendo con alto nivel de aislamiento, soledad, nihilismo y fragmentación de la familia[3]…”.

“Pensar que nosotros, la generación los 80, tantos temas esos años, recuperar la democracia, espacios, ser más, movilización social y lucha contra la dictadura... hoy no saludamos ni al portero del edificio, y nos hemos acostumbrado a conversar con el buzón de voz de los celulares, y a tener de amigo lejano al Messenger 6.2.... quizás exista un Alexander Kerner entre nosotros, que nos cuide de no despertarnos y descubrir quiénes somos hoy, en que nos hemos convertido, si esto sucede seguramente vamos a tener que sufrir un gran colapso colectivo..”, me comentó una amiga luego de ver la película.

¿Cómo plantearse estas cosas desde el sentido del trabajo en temas públicos y de los nuevos desafíos sobre los temas de superación de la pobreza?

Estimo que se debe permitir configurar un encuentro entre los desafíos que se derivan en torno a la gestión pública y los campos de entender los requerimientos de un servicio a la comunidad de modo más abierto y amplio, ágil y capaz de entender los desafíos de una sociedad cada vez más vertiginosa y cambiante, con nuevos rostros y estilos de los grupos a los cuales dichas políticas van en su apoyo.

Se necesita complementar no sólo las propias capacidades profesionales, sino como ella pueda ser un factor colaborativo para el trabajo en equipo, de la cual uno es parte.

Asumir las nuevas destrezas y habilidades con el objeto de ser un factor de escucha activa y orientador en la instalación de nuevas conversaciones en torno a lo público, un claro medio de fomento de la participación de los distintos actores sociales, del desarrollo local, la creación de habilidades y competencias necesarias para la ciudadanía moderna en la nueva economía del conocimiento, la protección de los derechos humanos y el afianzamiento de la institucionalidad democrática, en suma una mejor calidad del desarrollo y una mayor integración en lo social, político y cultural, esto último si que es un gran desafío histórico.

Links relacionados.
http://www.x-filme.de/
http://www.qmddr.de/

[1] Profesional Departamento de Desarrollo Institucional Fosis Región Metropolitana , Estudiante de Postgrado en Gerencia y Políticas Públicas, Escuela de Gobierno, Universidad Adolfo Ibáñez.
[2] Fukuyama Francis El Fin de la Historia y el Ultimo Hombre, Editorial Planeta, Buenos Aires, 1992.
[3] Estas ideas son recogidas por las opiniones de Eugenio Tirón, a propósito del lanzamiento de su libro el próximo 17 de Marzo “El Sueño Chileno” Editorial Taurus, 2005.

No comments: