Wednesday, September 24, 2008

Obispo Carlos González Cruchaga: La partida de un indispensable


La División de Organizaciones Sociales (DOS) se suma a las muestras de recogimiento producidas en el país por el sensible fallecimiento del Obispo de Talca, Carlos González Cruchaga. Participemos.cl reproduce columna escrita por el sociólogo Luis Moya, asesor del Director de la DOS.

Ha partido de uno de los grandes de la Iglesia Católica Chilena. Uno de los que junto a Monseñor Larraín, el Cardenal Silva Henríquez, Alvear, Ariztía, fueron capaces de responder al llamado del Concilio Vaticano Segundo, y abrir las ventanas y puertas de una comunidad no solo respecto de la palabra sino también de la práctica del mensaje de Cristo.

El fue claramente uno de los transformadores del país desde el evangelio. Tal cómo lo indica el evangelio del día de hoy, en San Lucas 8, 19-21, “Mi madre y mis hermanos son los que escuchan la Palabra de Dios y la practican”, es precisamente en dicho predicamento donde vemos esa distinción y que Monseñor Carlos González fue un preclaro testimonio: una vida plena en la practica del tiempo que le correspondió vivir.

Un pastor comprometido siempre por una actuar liberador. Liberar para abrir los espacios que permitieran vivir la vida digna, el respecto de la persona humana como criterio fundante del orden social.

Tantas entrevistas, predicas y conversaciones donde el Obispo siempre relevo su impronta: el pastor de todos y todas. Una predilecta preocupación por los mas pobres y desvalidos. Una mirada firma y serena frente al poder, y más firme frente al poder arbitrario.

Dicha firmeza era en su bondad, un acto pedagógico. Nos comprometía y nos orientaban en nuestras propias acciones, sea en el campo de la política al interior de los espacios cautivos de la universidad, en el campo social, en el campo de la defensa y promoción de los derechos humanos.

Una línea que siempre cruzo su vida sacerdotal. Y que para muchos de nosotros fue un faro de luz en tiempos donde responsabilizarse por la comunidad, eran según nuestros propios padres, una locura.

De algún modo su palabra lograba abrirse y denotar, por que no decirlo, en un alerta necesario. Lo decía en un articulo en el año 2003: “El poder tiene sentido cristiano en cuanto es poder para servir, en especial a los más débiles, a los que no tiene voz, a los preferidos de Jesús”.

El decir y el actuar como relaciones de corresponsabilidad para abrir el reencanto en la plaza pública. Para volvernos entusiastas en el agora de la vida personal y social. Gracias padre Obispo. Una lección y una invitación.

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